No soporto el sol que se cuela por la ventana. El de la mañana, el del mediodía (bastante justificable en verano), el de la tarde. Siempre tengo las persianas medio bajas. Casi del todo. Me molesta el sol en la cara. Me molesta el sol cuando atraviesa un vidrio. Y si le sumo lo medio obse que soy, me pongo a lavar cuanta mancha se refleje en el vidrio. La luz artificial también me molesta, aunque en menor grado. Si no necesito mucha iluminación (como cuando estudio o leo), entonces uso un velador.
Y no. No soy dark, ni vampiro ni ningún derivado. Es solo un mambo más.
El sol en la mañana sobre la cara es un cálido asesinato!
ResponderEliminarY las penumbras (ni mucha luz ni total oscuridad) son una buena invitación para imaginar y sentir un poco más allá de la visión normal.