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28 sept 2010

Señales...

Dos cosas:
La primera, dejo asentado a modo de recordatorio de nunca más leer la Metamorfosis de Kafka antes de ir a dormir, sobre todo el capítulo primero, el de la transformación...soy fácil de impresionar, sobre todo en etapas sensibles.

Dicho esto, vamos a la segunda cuestión de la jornada matutina.
Siempre resalté la causalidad de las cosas y rechacé la casualidad. Sin embargo, no creo en el destino y las premeditaciones. Osea, si bien, nadie es dueño de su propio camino, porque en ese trayecto uno se puede encontrar con cosas que no planeo que estuvieran ahí; cada uno es responsable de ese recorrido. Es decir, responsable del modo de afrontar cada cosa con la que se encuentra en ese viaje.
También pasa, que muchas veces, en ese viaje, a uno se le presentan señales. Señales de lo que está por venir, señales de aprobación de que vamos caminando bien.  Es como el "informe meteorológico" de ese viaje. Uno puede tomarlo o dejarlo. Me dicen que va a llover, yo puedo salir con un paraguas o no. Queda en mí cómo afrontarlo, es esa responsabilidad de la que hablaba al principio.
Ok, continúo para poder llegar a la idea. Espero no estar mareando, suelo hacerlo cuando intento explicar algo. Perdón.

Entré al aula. Estaba en el tiempo libre, entre una cátedra y otra. El profesor no había llegado. Voy caminando hacia mi lugar, cuando veo de reojo algo que me llama la atención sobre el escritorio del profesor. Si lo pienso ahora, no podría decir con exactitud qué fue lo que me llamo la atención, no fue un color, no fue una forma, no fue...bueno si, capaz el preconsciente..no sé...
El tema es que la vi. Ahí estaba. Me acerco como dudando de si lo que veía era de verdad o no. Por ahí estaba imaginado y cuando la tuviera en mis manos me iba a dar cuenta de que solo era un ilusión.
Señales. Eso fue lo que pensé. Me vino a la imagen la escena de una película donde Jonathan y Sara se conocen y luego de una noche romántica, él le pide intercambiar teléfonos. El escribe su número en un billete, (que luego intercambian en una compra) y ella lo escribe en un libro que más tarde vende en una librería de segunda mano. Ella piensa que si tienen que estar juntos, de alguna u otra manera se volverían a encontrar y cada uno sigue su camino.

Y de acá dos cosas.
Primero, para no matar la curiosidad, lo que encontré sobre el escritorio, sin dueño que la reclame, fue el ejemplar número 44 de Oblogo. Una revista buenísima que hace honor al mundo blogosfero.
Segundo: las señales. Como bien lo expresé antes, tenía la necesidad de decir, de escribir lo que vivo cada día. Necesitaba exteriorizarlo de algún modo. También hice otros cambios en mi vida, como retomar terapia, y también, giros en el estudio y en lo laboral. Cambie varios aspectos de mi vida. El tema de los cambios merece capítulo aparte.
Encontrar esa revista fue, para mí, y sólo para mí, dentro de mi subjetividad, una señal. Señal de que voy por buen camino. No solo señal de que esta bien que escriba, sino señal de que cambiar, en este momento, es indispensable. Señal de que todo lo que estuve pensando y haciendo este último tiempo tiene un motivo importante. Señales subjetivas, señales de confirmación que necesitamos encontrar para poder continuar en el viaje....



"Podemos pensar que todo lo que la vida nos ofrece mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy. Pero si ponemos atención, nos daremos cuenta de que ningún día es igual a otro.
Cada mañana nos trae una bendición escondida, una bendición que solo sirve para este día,
 y que no puede ser ni guardada ni desaprovechada. Si no usamos ese milagro hoy, se perderá...

...Este milagro está en los detalles de lo cotidiano;
 es necesario vivir sabiendo que a cada instante tenemos 
la salida para el problema, la manera de encontrar lo que está faltando,
 la pista adecuada para la decisión 
que precisamos tomar para modificar todo nuestro futuro.
Pero ¿cómo tener el coraje para eso? A mi entender, Dios habla con nosotros a través de señales. 
Es un lenguaje individual, que requiere fe y disciplina para ser totalmente absorbido.
Cuando nos vemos repitiendo la más común de las rutinas, nos damos cuenta de la riqueza que 
ronda nuestra vida. Comprendemos cada paso, cada actitud. Descubrimos cosas importantes y también pensamientos inútiles."



"Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él."


"Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla".
(Paulo Coelho)

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