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11 ene 2011

Anoche, haciendo sanguchito con las almohadas y mi cabeza trate de no pensar. Pero cuanto más uno intenta no pensar, más piensa. Efecto contrario. Ley de atracción, en este caso de pensamientos, como ya les conté en otra oportunidad.

Cuestión que pensar en él, o mejor dicho intentar no pensarlo fue una tarea imposible. Convengamos que el desvelo que me acompaña las ultimas noches tampoco ayuda mucho.

Sabiendo que si seguí intentando lo antedicho iba a empeorar todo y podía terminar acompañando con mis lagrimas la lluvia, decidí pensar en positivo. Es decir, seguirle la corriente a mis pensamientos (pensar en él en este caso) pero a la vez engañarlos, es decir, engañarme a mi misma. Sí sí, estoy loca, ya lo se. Y deliro mucho, sobre todo pro las noches. También lo se, pero bueno... así estamos...

Fue así como trate de imaginarme al hombre perfecto. Pensé, si no puedo estar con el porque o no somos compatibles o porque no nos llevamos bien o porque últimamente nuestros diálogos eran solo discusiones...en algún lugar existe (tal vez) el hombre perfecto. MI hombre perfecto, MI príncipe azul (si si, ilusa, ya lo se).

Traté de imaginármelo alto (siguiendo un prototipo de modelo). Pero lo recordé a él, y me encantaba como era él, no tan alto (comparado conmigo); pero eso era una particularidad que me gustaba.
Traté de imaginarme su cabello, pero en mi mente solo lo veía a él. Su corte al estilo Gonzalo Heredia, su pelo lacio oscuro que tanto me gustaba y envidiaba....

Y ta. Hasta ahí llegue con mi príncipe azul imaginario. Porque en mi mente solo aparecía el. Sus ojos color café profundos. Su mirada picara cuando estábamos en el ascensor...
Amaba las tardes de domingo con él. Juntos, haciendo nada. Mirando alguna peli. A veces dedicándole horas a sus hobbys. Lo disfrutaba.

Y mi mente seguía, mis neuronas comenzaron a atar redes sinápticas que me atormentaban a la vez que lo disfrutaba. Un trueno. Un relámpago por la hendija de la ventana. Una lagrima que rodaba. Apreté fuerte la almohada. Quería olvidarme del mundo, olvidarme de todo, aunque sea por un instante... Uno, dos, tres....diez, once....quince...y así seguí hasta que me dormí....

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"Lo que no decimos no muere, nos mata"