Figurita repetida

Las peleas y las discusiones no se hicieron esperar. Termine el primer finde del año nuevo con el corazón roto, una vez más.

Arrancar el lunes fue lo que más me costó. Apagar el despertador y postergarlo diez minutos más y volver a repetir la misma acción unas tres veces. Darme cuenta de que llegaba tarde al trabajo. Costó. Costó empezar el día. Tapar las ojeras y los ojos hinchados de las lágrimas que derrame la noche anterior. Pensar en nada, mantener la mente en blanco y olvidarme, al menos por ocho horas de oficina de todo. Lo intente.

Llegar a casa. Sacar la basura. Regar las plantas del balcón. Y pensé en él. Ordené la ropa. Hice la lista del supermercado. Volví a pensar en él. Me puse a limpiar. Limpiar hasta lo que ya está limpio. Pero sigo pensando en él. Duele. Duele intentar, intentar y seguir intentando llevar adelante una relación y darte cuenta que estás sola... Duele y mucho. Y trato de escribir. De sacarme el dolor. De pensar en otras cosas. Y la historia vuelve a empezar.