Y la cosa es que esto del proceso de duelo es una patada en los ovarios.
Porque a casi tres meses de haber terminado una relación se supone que uno ya tiene que empezar a, al menos, dejar de llorar.
Y en tres meses pueden pasar muchas cosas. Te puede pasar muchas cosas. Me pueden pasar muchas cosas.
Y cuando menos pensas; un día te levantas y ya no sentís tanto dolor. O al llegar la noche, te acostas y te das cuenta que pasaste casi 24hs sin pensar en Él.
Incluso en todas estas semanas, te puede pasar de conocer gente copada. Pero copada posta. Y sí. Me paso.
Incluso llegue a pensar que Él ya no iba a aparecer más en mi mente porque había alguien nuevo. Porque había encontrado a alguien que realmente me hacia bien y feliz.
Pero el duelo es un proceso. El dolor no se va de un día para el otro.
En las sombras, enredados entre sabanas lo recordé. Lo pensé. Casi dije su nombre al llegar al éxtasis (de la locura?). Y puf! Cachetazo y sacudida. No boluda. No lo olvidaste nada. No lo superaste nada.
Y cuando pensas que lo peor ya paso, el corazón comienza a doler de nuevo. Esta vez no es dolor puro. Es mezcla de dolor con bronca. Bronca porque realmente quiero seguir con mi vida adelante. Quiero seguir con mis sueños. Pero él sigue estando tan presente como ese primer día en que nos vimos. Ese primer día que nuestras vidas se cruzaron y yo me enamore.
Creía que hoy iba a ser un día fácil. De hecho ya no me daba por mirar películas romanticas y llorar. Sí las mujeres tenemos esa cosa extraña de masoquismo amoroso. Cuanto más hecha mierda estas del cuore, más te gusta mirar películas de amor y llorar a moco tendido...Pero mis findes ya no eran así. Ilusa, creí que el duelo ya había pasado. Y creí que hoy iba a ser un martes más.
Pero basta un mensaje, basta una foto, bastan unas palabras para que todo vuelva al principio. Y yo me ilusiono, y yo imagino, y yo pienso, y yo recuerdo y yo la reptamadrequemeprio.
Y es tarde. Estoy sola. La angustia se vuelve a apoderar de mi. Siento un dolor tan profundo que solo pienso en que ya nada tiene sentido. Que todo se acabo. Siento un vació inexplicable y un dolor que solo quien lo sintió puede entender....Y lloro. Hacía varios días que no lloraba tanto. El llanto me ahoga.
Quiero acostarme, pero estoy tan débil de dolor que no llego a la cama. Caigo tendida en el suelo. Apenas logro alcanzar la orilla del colchón y quedo con la cabeza recostada en el borde, semi arrodillada.
Y necesito hablar con alguien. Alguien que me entienda, alguien que sepa del dolor que siento. Lo único que me salió fue decir "Dios, no quiero sentir más dolor, no quiero llorar mas, por favor, que el tiempo pase rápido...."...y sin darme cuenta me encontré charlando con Dios. Así, como cuando eras chiquito y te caías y venia tu mamá y te daba besitos en la rodilla y te ponía una curita. Y uno se sentía la persona más segura, cuidada y entendida del mundo. Algo así. Y le seguí hablando: "Ay Dios...no sabes lo que daría por un abrazo tuyo. Esta noche solo quiero un abrazo. Uno bien apretado. Y sentir que esto es pasajero. Como todo lo demás vivido. Que es solo una tormenta más. Que todo va a pasar....". Y las lagrimas seguían rodando por mi mejilla y hacia que hablara entrecortado. Por momentos me quedaba en silencio. Pensando qué me contestaría Dios en ese preciso instante. Tal vez pensaría que soy una tonta, por llorar y estar mal por una pavada cuando hay miles de personas con otros problemas y dolores. Eso, lo admito, me hizo sentir un poco culpable y mala gente....Pero creo también, que solo Dios (y solo un par de seres humanos en este planeta) sabe realmente los motivos de mis penas y mis angustias. Y me quede imaginando como seria un abrazo de Dios.
Las lagrimas empezaron a cesar. Y al igual que Elizabeth Gilbert*, le mejor respuesta que tuve en ese momento fue: Regresa a la cama, Sofi.
Regresar a la cama era lo mejor que podía hacer. Lo mejor al menos esta noche. Mañana veremos...mañana no sé....
*Autora del libro Comer, rezar, amar. Cuenta una experiencia similar en su libro.
Hay dolores que matan, ok, pero también amores que merecen vivirse por lograr hasta el petit milagro de un lunes distinto!
ResponderEliminar(bah... no sé... digo...)
LLORO cada vez que te leo! Si supieras cuánto te entiendo...!
ResponderEliminarTengo blog nuevo: entreloabsurdoyloimaginario.blospot.com
Mi tierna Cele! A veces llorar es lo que necesitamos para sanar el corazón! Gracias por hacerme sentir comprendida! Ojala tu cuore sane rapidito rapidito...como dice el amigo Gaston ahi arriba, hay amores que merecen vivirse!
ResponderEliminarSaludos a los dos!