Tirada en la cama, inmovil.
El ventilador me acaricia y me pone la piel de gallina.
Y de pronto solo tengo esa idea: Irse.
Necesito irme.
Imploro irme.
TEngo que irme.
No se a donde. No se como. No se porque ni para que.
Solo irme.
De un sobresalto salgo de la cama. Me calzo las ojotas.
Quiero irme. Pero como no se a donde, lo más lejos que llego es a la cocina.
Abro la heladera. Tomo jugo del pico de la botella. No tengo mas vasos limpios para usar.
Tengo hambre. Me hago un sanguchito improvisado con pan y queso untable. Ceno en la mesada.
Quiero irme.