El reloj no espera. El tiempo no se detiene. Las pilas gastadas no son excusas para paralizar un instante.
Estar de este lado hace ver las cosas de manera distinta. Leer los libros de la facultad, leer teorías, aprenderlas NO ES SUFICIENTE.
Depresión, psicosis, Toc, , TEPT, TAG, infinidad de etiquetas que en vano intento comprender.
Padecer es mucho más que un conjunto de criterios recopilados en un libro de varias paginas.
Cuando alguien llora, es estúpido preguntar porqué...yo me preguntaría "para qué" o "para quien".
Cinco años yendo religiosamente a clases no te hace psicóloga. Pero tuve que ir cinco años a la facultad para recién ahora darme cuenta de eso.
Sentarme en el teclado y tratar de pensar el tema de mi tesis me carcome la cabeza. Y después de largas horas con la página en blanco acabo de darme cuenta de lo mas maravilloso del mundo.
Estuve escribiendo mi tesis hace 29 años. Estuve preparándome para esto toda la vida.
Pero acá estoy con una pantalla en blanco, y mi mente haciendo juego.
Padecer es algo que veía tan lejano. Y acá estoy. Viviendolo en carne propia. Y tanto conocimiento no cura el alma.
Tantos años metida en libros no hizo que sea inmune al dolor. Saber de Freud, Lacan, Klein, Jung y cuantos más no hizo que protegiera a la gente que quiero.
El reloj no para. La vida nos vive. Se nos escapan de las manos momentos sin si quiera darnos un respiro.
Y mis dedos se mueven. Escupen sobre el teclado cosas que tal vez no tengan sentido y que más tarde borre o queden flotando por el mundo cibernetico.
Pero hoy la catarsis no es llorar, ni limpiar, ni bailar, ni cantar. Hoy es escribir.
Ya es hora de que las palabras curen el alma. De que lo que el cuerpo dice con dolor, enojo, angustia lo deje escapar de una manera más sana...
Sanar, está en mis manos. Siempre lo estuvo.